Efectos del sol en los ojos y cómo proteger tu visión
Cuando pensamos en los efectos del sol, lo primero que suele venir a la mente es el daño que puede causar en la piel. Las campañas de concientización sobre el uso de protector solar han sido muy efectivas para alertar sobre los peligros del cáncer de piel y el envejecimiento prematuro. Sin embargo, no se habla lo suficiente de otra parte muy vulnerable del cuerpo: los ojos. La radiación ultravioleta (UV) también tiene un impacto directo en nuestra salud ocular, muchas veces subestimado. Exponerse sin protección visual a la luz solar puede provocar desde molestias temporales hasta daños irreversibles en la vista, comprometiendo la calidad de vida a largo plazo.
Los ojos, al estar constantemente expuestos al entorno, actúan como receptores directos de la luz. La córnea, el cristalino y la retina son estructuras delicadas que pueden sufrir deterioro si no se toman precauciones adecuadas. Muchas personas no son conscientes de que incluso en días nublados, los rayos UV penetran la atmósfera y alcanzan nuestros ojos, acumulando efectos dañinos con el tiempo.
La radiación solar
Un factor que muchas personas no consideran es cómo la altitud influye en la intensidad de la radiación UV. Por ejemplo, con cada 1.000 metros de altitud, esta puede aumentar aproximadamente un 10%. Esto significa que, en regiones montañosas, como Bogotá, situada a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar, la exposición a los rayos UV es considerablemente mayor que en zonas ubicadas a nivel del mar. Esto no solo afecta la piel, sino también incrementa el riesgo de daño en los ojos, en especial si no se utilizan gafas con filtro UV de forma habitual.
¿Qué daños puede causar los efectos del sol en tus ojos?
La exposición prolongada a los rayos UV puede causar múltiples problemas en la visión. Una de las más comunes es la fotoconjuntivitis, una inflamación dolorosa de la conjuntiva, la membrana que recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo. Esta afección se siente como una especie de “quemadura solar” en el ojo, produciendo enrojecimiento, lagrimeo, ardor y una sensación de cuerpo extraño muy incómoda.
También puede presentarse la queratitis, que afecta directamente la córnea. Esta condición puede derivar en sensibilidad a la luz, visión borrosa e incluso dolor agudo. En casos más extremos, puede producirse una pérdida temporal de visión. Ambas condiciones pueden presentarse después de una sola jornada de exposición intensa, por ejemplo, en la nieve sin protección visual, una situación conocida como "ceguera de la nieve".
A largo plazo, la radiación solar sin protección puede favorecer el desarrollo de cataratas, una opacidad del cristalino que reduce la agudeza visual y es una de las principales causas de pérdida de visión a nivel mundial. Aunque las cataratas pueden corregirse con cirugía, la prevención siempre será la mejor alternativa. Otra afección menos conocida, pero igual de grave, es la degeneración macular asociada a la edad. Esta enfermedad deteriora la zona central de la retina y puede empeorar significativamente con la exposición prolongada a los rayos UV, provocando una pérdida visual irreversible en adultos mayores.
Protección visual: tu mejor defensa
La buena noticia es que todos estos efectos del sol pueden prevenirse con una protección visual adecuada. Las gafas de sol con filtro UV no son solo un accesorio de moda, sino una herramienta esencial para cuidar la salud ocular en cualquier estación del año. Asegúrate de que tus gafas bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB. Este tipo de información debe estar claramente especificada en la etiqueta del producto.
Además, las gafas polarizadas ofrecen un beneficio adicional al reducir el deslumbramiento, siendo especialmente útiles para actividades al aire libre como conducir, caminar, esquiar o practicar deportes acuáticos. Son ideales para quienes pasan mucho tiempo expuestos a superficies que reflejan luz, como el agua, la arena o la nieve.
En el caso de personas con gafas graduadas o que usan lentes de contacto, existen múltiples opciones con protección UV integrada. También es posible utilizar gafas de sol graduadas o añadir clips solares a los lentes ópticos. De esta manera, se logra una protección completa sin comprometer la calidad de la visión.
Cuidar los ojos del sol es tan importante como proteger la piel. Incluir el uso de gafas con filtro UV en la rutina diaria puede marcar una gran diferencia en la salud visual a largo plazo.
No esperes a sentir molestias
Proteger tus ojos del sol debe ser una rutina diaria incluso en días nublados, los rayos UV siguen presentes, por lo que el uso constante de gafas y lentes de contacto con filtro UV es esencial. Visítanos y deja que uno de nuestros especialistas te asesore, haz clic aquí para conocer nuestras opciones y agenda una visita a tu óptica más cercana.
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